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KAMALA HARRIS Y SU TRAJE DE PODER

Kamala Harris, vestida de azul marino, ofreció «la oportunidad de trazar un nuevo camino a seguir» al aceptar su nominación como candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Su discurso y más aún su vestimenta fueron una declaración simbólica más significativa de lo que puede parecer a primera vista.


Foto: Robyn Beck. AFP.

El grupo de mujeres de la Convención Demócrata promovió el color blanco como código de vestimenta. Lo usaron Ashley Biden, para presentar a su padre; Deb Haaland, secretaria de Interior; y, la gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer. Incluso, Stephanie Grisham, para explicar por qué dejó a su antiguo jefe, Donald Trump.



Harris contrastó con una decisión diferente. Vistió un traje azul marino, el color que representa al comandante en jefe, con solapas en pico y hombros afilados, combinado con una blusa también azul marino. Buscó resaltar su capacidad para hacer el trabajo, en vez de centrarse en su feminidad —representada con el blanco—, lo histórico de su nombramiento con relación a su género y raza, o incluso en enfrentarse en un campo de batalla que tan bien domina Trump, como la estética del poder.


La percepción del color se basa en emociones subjetivas y, dependiendo de la experiencia personal y cultural, el impacto puede ser diferente. El color azul oscuro está relacionado con el poder, la confianza y la credibilidad. Antiguamente, se lo vinculaba con lo infinito, lo sagrado y la realeza. Eso debido al cielo nocturno, lugar donde habitaban los dioses y las estrellas.


La candidata demócrata aprovechó la formalidad del evento para cerrar simbólicamente un capítulo que empezó con Hillary Clinton, al ser la primera mujer candidata a la presidencia de su partido. En 2016, Clinton con su traje Ralph Lauren blanco, asumió el liderazgo de todas las mujeres que pelearon por una participación política protagónica desde las sufragistas, hasta Geraldine Ferraro. El traje blanco ha sido una representación de esa reivindicación política de las mujeres, ganando potencia durante el gobierno de Trump.


Foto: Bill Clark. CQ Roll Call.

Harris demuestra que tiene dominado su uniforme de gobierno. El escritor Michael Lewis decía que un presidente tiene que tomar tantas decisiones por día que simplificar cualquiera de estas es una ventaja, saber perfectamente que te vas a poner por la mañana es una estrategia de trabajo. Los dos trajes que usó en la Convención eran diseñados a medida, según Chloé, la marca francesa diseñada por Chemena Kamali.


Al final de la noche, Harris se unió en el centro del escenario a su esposo, Doug Emhoff, a su candidato a la vicepresidencia, Tim Walz y su esposa Gwen. Todos de azul marino, dieron la imagen de un frente unido que no iba a volver hacia atrás, ni siquiera al traje blanco.


Foto: Ruth Fremson. The New York Times.

No nos quedaremos con la apariencia, pronto presentaremos un análisis de su discurso y campaña, pero podemos adelantar varios aspectos que han puesto a los demócratas de nuevo en la pelea por la presidencia. El cambio del discurso tedioso y somnífero de Biden, por uno más valiente y conectado con los jóvenes. El regreso de las emociones y la esperanza a los eventos del partido demócrata con la presencia de los Obama, los Clinton y hasta el entrenador de la selección nacional de baloncesto, que acababa de conseguir el oro en París. Además, la construcción de una candidata pop, que maneja canales, códigos y lenguajes apropiados para la modernidad.

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